Esta dulce representación de la Virgen, llegó al CAEM en busca de una restitución a su estética original, debido a que contaba con algunos desperfectos provocados por la presión ejercida sobre el soporte y por el paso del tiempo. Las diferentes capas de la obra se encontraban disgregadas, provocando filtraciones entre ellas, además de movimientos no deseados en la película pictórica. Esto había derivado en arrugamientos, ampollas e incluso pérdida de la superficie pictórica en algunos puntos. También presentaba amarilleamiento de la superficie y deposición de polvo. Tras la limpieza y cohesión del soporte, se ha procedido a la limpieza, consolidación y reintegración de la superficie pictórica. Este proceso ha sido realizado con materiales reversibles y en técnica de rigattino, siguiendo la política del centro de “mínima intervención y máxima reversibilidad”. También se ha procedido a una reintegración con pan de oro en aquellas zonas afectadas en las que ha correspondido. Finalmente, se ha procedido a la aplicación de una capa de protección consistente en un barnizado transparente, elástico y reversible, devolviendo finalmente la dignidad estética a la obra.