En el siglo XVIII, Mozart, con tan solo cinco años, componía obras musicales prodigiosas. Picasso, a finales del XIX, mucho antes de comenzar a hablar “ya dibujaba”, y creció atrapando con un lápiz todo lo que le rodeaba. A los 11 años, en diversos croquis y bocetos de A Coruña, Pablo Ruiz estaba prefigurando la revolución plástica, perceptiva, comunicativa y expresiva más importante del siglo XX. Este libro propone revisitar los formidables dibujos de Picasso en su etapa coruñesa (1891-1895). Resulta decisivo recordar que el propio Picasso siempre repetía que nunca hizo dibujos de niño “ni siquiera cuando era muy pequeño”. Su mirada siempre fue adulta. Y su retina ya contenía en ciernes todo lo que estaba por llegar. La enjundia de estos dibujos es proverbial. Requiere examinarlos con mucha atención para advertir cómo se gesta el nacimiento de uno de los mayores genios de la historia del arte universal.