Esta tabla conservada en una colección particular de Barcelona se atribuye a la escuela italiana de la segunda mitad del siglo XVI, y más concretamente al círculo de Federico Zuccari (1540/41-1609). En relación al estilo pictórico, se ajusta bien a sus años finales. Dejando a un lado los problemas atributivos, es obra de un artista de gran capacidad técnica y bien informado de las novedades de la pintura romana de la segunda mitad del siglo XVI.